Durante el último año hemos vivido una crisis de refugiados sin precedentes: miles de hombres, mujeres y niños sirios han abandonado su tierra huyendo de la guerra para buscar refugio en Europa. Frente a esta gravísima situación, algunos países de la UE están reaccionando de forma insolidaria e irresponsable. Este es el caso de Hungría, país en el que los policías están atacando y hostigando a los refugiados de una forma totalmente intolerable.
Varias ONGs tienen constancia de que la policía húngara, con el fin de expulsar hacia Serbia a los refugiados que intentan entrar en Europa, ha golpeado, atacado con perros y rociado con gas pimienta a familias enteras. Estamos hablando de niños y niñas indefensos, que después de huir de los horrores de un conflicto bélico son agredidos, puestos en peligro y humillados.
Los países de la UE tienen una obligación no solo moral, sino también jurídica, de respetar y hacer respetar los valores comunes de la Unión, entre los que se encuentra el respeto a los derechos humanos y la no discriminación, así como de respetar las directrices europeas relativas al derecho de asilo. Si Hungría está violando constantemente las normas de convivencia europea, es el momento de que la Comisión Europea empiece a tomar cartas en el asunto.
No nos quedemos callados frente a los actos inhumanos de Hungría contra los refugiados: únete a mí y reclama a la Comisión Europea que inicie de inmediato un procedimiento sancionador urgente contra Hungría por todas las violaciones del derecho europeo que este país está cometiendo en relación a los refugiados sirios.