Nadie debería morir por la picadura de un mosquito. Necesitamos un esfuerzo internacional y coordinado para encontrar soluciones que frenen la amenaza de una pandemia provocada por los mosquitos. Ya hemos sido testigos del impacto positivo que se puede conseguir cuando el mundo se une para solucionar una crisis sanitaria. Ha llegado el momento de aplicar este enfoque al empeoramiento de la epidemia de enfermedades transmitidas por los mosquitos.
Seguramente habrás oído hablar de las enfermedades propagadas por los mosquitos, como el zika, la malaria, el virus del Nilo occidental, la fiebre amarilla, el chikungunya y el dengue. Aunque puede que estas enfermedades no afecten a tu comunidad, la expansión constante y acelerada del mosquito en todo el mundo está planteando una seria amenaza mundial.
Los mosquitos ya matan a más de 750.000 personas al año, la mayoría niños. Pero ahora los mosquitos están llegando y sobreviviendo en lugares en los que nunca antes se habían detectado, lugares donde la mayor parte de la población no está preparada.
Los viajes internacionales, el comercio y el calentamiento global están impulsando la expansión rápida y letal de los mosquitos y los virus mortales que transmiten y que pueden poner en riesgo de infecciones letales a miles de millones de personas.
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