En muchos pueblos del este de España aún sigue perviviendo una terrible tradición: los toros embolados o "correbous". Se trata de toros a los que se se les adhieren antorchas ardiendo en los cuernos durante las fiestas populares. Al ver el fuego tan cerca de los ojos los toros enloquecen e intentan huir del horror que están sufriendo como sea, pero no tienen ningún sitio al que huir, experimentando durante mucho tiempo un enorme estrés. Esto, además de suponer una crueldad gratuita contra los animales, conlleva un gran peligro para el público, como se ha visto en Castellón hace unos días, donde un hombre murió embestido por un toro embolado enloquecido.
Ciudades como Valencia ya han prohibido los toros embolados desde el año 2016. Ahora es el momento que se actúe desde el gobierno de las Comunidades Autónomas prohibiendo esta inhumana costumbre. Firma esta petición y pide a los Gobiernos de Valencia y Cataluña que prohiban los toros embolados o correbous.