- Venta de animales domésticos en puestos no habilitados por la Dirección correspondiente para tales efectos, ya que los mismos sólo tienen permiso por ordenanza municipal para su exposición, no para su compra-venta.
- Venta de animales domésticos sin habilitación municipal de los puestos y sin certificados de vacunación que acrediten la revisación y buen estado de salud de los animales en cuestión por profesionales veterinarios matriculados.
- Venta irrestricta de animales domésticos por los particulares que se instalan y ocupan el espacio público en cuestión.
- Falta de condiciones de higiene en forma particular, en cada puesto, y en general.
- Exposición de los animales a condiciones insalubres y maltrato: animales de distintas camadas son reunidos en un mismo recinto por horas, en jaulas minúsculas, en cajas de cartón pisando su propio excremento; perros en apariencia sanos comparten la misma jaula con aquellos que presentan evidentes signos de algún mal (secreciones oculares abundantes, delgadez extrema, raquitismo, etc.)
- Abandono de animales domésticos (tanto por feriantes como por particulares), en la zona comprendida por la mencionada feria y en sus alrededores, especialmente en el parque Los Derechos del Trabajador donde ya habitan 60 animales abandonados.
Este escenario se desarrolla todos los domingos en la avenida Mitre al 5000, en Villa Dominico. Cualquier persona puede comprobarlo con sus propios ojos y ver a los animales, sus sufrimientos y cómo son comercializados sin restricciones de ningún tipo.
Por esto mismo el parque ubicado a pocos metros de la feria se transforma en un DEPÓSITO de los animales que nadie quiere; de aquellos que se depositan como bolsas de basura debajo de los árboles. Aunque llueva, esten enfermos, no tengan un mes de vida....Son abandonados en cajas de cartón, atados de alambrados, dejados con miasis en sus cabezas y / o lomos, agonizando......
Por la falta de los controles suficientes, el comercio de animales en la Feria de Villa Dominico se transforma en el cruel destino de muchos perros y gatos al padecer largas horas encerrados dentro de jaulas minúsculas bajo los rayos del sol hasta que alguien los compra, si es que lo hace.
El abandono es una constante de todos los dias; es moneda corriente y por ello mismo y gracias a la Feria de los Pajaros en el parque de Villa Dominico hoy hay 60 animales que lo habitan, protegemos y cuidamos.
Para intentar cambiar esta realidad por los animales que ya fueron abandonados en el lugar, por los que son comercializados de esta forma ilegal y no autorizada todos los domingos, y por todos aquellos animales que seguirán siendo las victimas de estos actos.....Es necesario tu firma para elevar este pedido a las autoridades correspondientes.
Muchas gracias por tu colaboración.
Romina. A. Cabral
APAC (Asociación para la Protección de Animales Callejeros)
Entidad de Bien Público, Expediente Nº 4004-19183-04, Registro Nº 1555, Avellaneda, Buenos Aires, Argentina.
http://www.apacavellaneda.com/
http://bastademaltratoenavellaneda.blogspot.com/
The park the Rights of the Worker of Dominican Villa, in the party of Avellaneda, Buenos Aires, Argentina, is witness of the constant domestic animal abandonment and the bad treatment they sadly receive.
The call Fair of the Birds, with its sector of pets, that is developed in the neighborhood of the same the days Sundays is another important part of this same reality.
The lack of concrete and effective actions on the part of the authorities contributes to that without controls nor inspection, the park and its fair are the painful destiny of many lives.
- Domestic animal sale in positions qualified by the corresponding Direction for such effects, since the same only have permission by municipal ordinance for their exhibition, does not stop its transaction.
- Domestic animal sale without municipal qualification of the positions and certificates of vaccination that credit to the revisación and good state of health of the animal at issue by registered veterinary professionals.
- Unrestricted domestic animal sale by the individuals that settle and occupy the public space at issue.
- Lack of conditions of hygiene in particular form, each position, and generally.
- Exhibition of the animal to unhealthy conditions and I mistreat: animal of different litters are reunited in a same enclosure per hours, very small cages, cardboard boxes being above their own excrement; seemingly healthy dogs share the same cage with which they present/display evident signs of some evil (abundant ocular secretions, extreme thinness, raquitismo, etc.)
- Domestic abandonment of animals (as much by feriantes as by individuals), in the zone included by the mentioned fair and in its environs, especially in the park the Rights of the Worker where they already inhabit 60 left animal.
This scene is developed all the Sundays in the Mitre avenue to the 5000, in Dominican Villa. Any person can verify it with her own eyes and see the animal, her sufferings and how they are commercialized without restrictions of no type. By this same park located to few meters of the fair she transforms herself into a DEPOSIT of the animal that nobody wants; of that they deposit themselves like sweepings bags underneath the trees. Although it rains, they esten ill, they do not have a month of life%u2026.They are left in cardboard boxes, tied of fencings, lazy with miasis in its heads and/or backs, agonizing ...... By the lack of the sufficient controls, the animal commerce in the Fair of Dominican Villa transforms into the cruel destiny of many dogs and cats when suffering long hours locked up within very small cages under rays of the sun until it buys somebody them, if it does. The abandonment is a constant of every day; it is current currency and this is precisely why and thanks to the Fair of the Birds in the park of Dominican Villa today there are 60 animal inhabit that it, we protect and we took care of. In order to try to change this reality by the animal that already were left in the place, by which all the Sundays are commercialized of this illegal and nonauthorized form, and by all those animal that will continue being the victims of these acts ..... It is necessary your company/signature to elevate this order to the corresponding authorities. Thank you very much by your collaboration
ANTECEDENTES:
Fuente: http://www.proyectogeo.com/noticias/nt_pages/nt_39044.asp
15/12/2006 - En la Feria de Villa Domínico, en el partido de Avellaneda, cientos de animales en venta miran el mundo a través de las rejas. Como si fuera una cárcel en miniatura, donde los reos portan plumas, colmillos o escamas. Allí despliega su circo furtivo, cada domingo, Guillermo Fabián Tarello, un comerciante de 41 años que desafía a inspectores, ecosistemas milenarios y efectivos de la Policía Bonaerense II que se reúnen a pocos metros de su puesto.
Una denuncia presentada por la Fundación Vida Silvestre Argentina indica que Tarello estaría vendiendo ejemplares de especies silvestres, muchas de ellas en peligro de extinción, cuya comercialización está prohibida en la Argentina.
"El motivo de la presente es poner en su conocimiento la oferta ilegal de anfibios y reptiles por parte de varios puestos de la Feria de Pájaros de Villa Domínico", señala la denuncia presentada ante la Dirección de Fauna de la Nación y la Dirección de Contralor y Uso de los Recursos Naturales y Pesqueros del gobierno bonaerense.
Y detalla: "En particular, el del señor Tarello, quien ofertaba en los domingos pasados ranas trepadoras de origen brasileño (Phyllomedusa) y una considerable cantidad de saurios chaqueños (entre ellos, Teius teyou). A pocas cuadras de su puesto tiene su depósito, donde suele ofertar otros animales, como lagartos overos y colorados (Tupinambis) y boas ampalaguas y arcoiris, en su enorme mayoría de origen santiagueño", precisa.
En ese stand de la feria, se pudo comprobar que también se ofrecía, por 35 a 60 pesos, gran variedad de tarántulas, entre ellas las chaqueñas. "La comercialización de esas arañas, que pertenecen a la familia Migalomorphidae o Migalomorfas, está prohibida", explica Marcelo Silva Croome, jefe del Area de Fiscalización de la Dirección de Fauna de la Nación. "Algunas provincias sólo dan permisos de captura con fines científicos, nunca para comerciar". Pero la actividad ilícita no se limita a las ferias de zona sur.
Mono se vende
Aunque no hay cifras oficiales, se estima que en la Argentina el comercio ilegal de fauna silvestre mueve unos 50 millones de dólares anuales, según indica el libro La situación ambiental argentina 2005, publicado en mayo por la Fundación Vida Silvestre Argentina. Un gran negociado que en el país acorrala a varias especies amenazadas como la boa ampalagua, la tortuga terrestre chaqueña, el cardenal amarillo y la vicuña. En igual situación están el tatú carreta, el yaguareté y el venado de las pampas, entre otros. Interpol ubica esta variante del tráfico, el de animales, en el tercer puesto a nivel mundial, detrás del narcotráfico y la venta ilegal de armas.
"Los animales son buscados vivos o muertos para venderlos como mascotas exóticas, trofeo o como subproductos, como sucede con los carpinchos, por su carne y su cuero", resume la veterinaria Claudia Nigro, presidenta de la Red Argentina Contra el Tráfico de Especies Silvestres. La experta asegura que en el país, lo que más se trafica son aves, aunque hay un flujo ilegal constante de reptiles y mamíferos.
El 28 de noviembre, guardafaunas y personal de la Secretaría de Medio Ambiente de Rosario incautaron en el fondo de un supermercado de esa ciudad dos monos carayá, dos loros, un cardenal y tres jilgueros. En otro operativo hallaron unos 380 pájaros autóctonos que iban a ser vendidos en el mercado negro.
Ese mismo día, pero en La Pampa, la Justicia condenó a dos años de prisión condicional e inhabilitación de cuatro años para ejercer cargos públicos a Felipe Valdéz, un funcionario provincial que se había apropiado indebidamente de dos llamas nacidas en una granja experimental del Estado. "Me gustaría tener dos de esos animalitos", dicen que pronunció Valdéz. También fue condenada a un año de prisión excarcelable y dos años para ejercer funciones públicas a la veterinaria que le entregó los animales.
"Raptados de su ambiente natural, donde cumplen una función biológica, estos animales se estresan y se enferman", indica Nigro. "A los monos bebés les matan a las madres y a los machos adultos que los protegen. Las crías son las que tienen más interés comercial", aclara. En las ciudades, estos animales silvestres padecen enfermedades que a veces son difíciles de diagnosticar. "Los primates pueden transmitir tuberculosis y salmonelosis, y los loros, psitacosis", alerta la médica veterinaria. Aunque algunos miran para otro lado.
A mediados de noviembre, un aviso clasificado publicado en el sitio www.segundamano.com.ar, ofrecía un mono aullador rojo a 75 pesos: "Se alimenta de vegetales y carnes magras (...) toma yogur (de vainilla). Muy cariñoso. Responde al nombre de Marito", decía el anuncio.
Alerta animal
El universo de la demanda es infinito, impredecible. "Mientras haya compradores, va a haber tráfico", asegura Verónica Díaz, coordinadora del Grupo Fauna Silvestre Contra el Tráfico de Aves Argentinas. En Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Rosario conviven las viejas costumbres con modas fugaces: están los de siempre, que buscan tortugas terrestres y loros habladores como mascotas, y los excéntricos que quieren pumas, guacamayos, tarántulas y boas autóctonas, o incluso un cóndor andino.
"Por eso, las formas de ocultamiento suelen ser un problema grave", indica el comandante principal Mario Ismael Fernández, jefe de la División Protección Ambiental de Gendarmería Nacional. "No es fácil llevar un ave o un reptil escondido. Los meten en valijas de doble fondo, bolsas, medias, cajas de video... hasta los drogan. Hace unos años, en una intervención, rescatamos un mono que era llevado en una viandera", recuerda.
Otras veces, las especies son víctimas de la caza deportiva o de la caza furtiva con la finalidad de usar su carne, su cuero o su cornamenta. También se las mata con fines decorativos. "Hace dos años, con Vida Silvestre, detectamos a un taxidermista suizo que cazaba ilegalmente en un parque nacional", recuerda Hernán Ibáñez, inspector de la Dirección de Fauna. "Se estaba llevando unas 230 aves para embalsamar, entre ellas un Maca Tobiano, una especie que está en peligro. Ni en el museo de Ciencias Naturales tienen un ejemplar montado".
Prohibidos
La caza, tenencia y venta de aves autóctonas como jilgueros, siete colores y reinasmoras está prohibida. Lo mismo pasa con los monos carayá, los yacarés overos y las tortugas terrestres, entre otros animales muy demandados. Su captura y comercialización está penada por la ley nacional 22.421 sobre conservación de fauna silvestre. Las sanciones van de los seis meses a los dos años de prisión.
Por eso, en la Argentina está permitida la importación de algunos tipos de loros, tortugas norteamericanas, iguanas verdes y otros reptiles que son criados legalmente. "Para que una persona compre un cardenal amarillo en una pajarería o en un pet shop tal vez murieron nueve pájaros en el camino", aclara Silva Croome, de la Dirección de Fauna.
Claudio Bertonatti, uno de los directores de la Fundación Vida Silvestre, aconseja: "Antes de comprar una mascota, debemos averiguar si es legal y si podemos cuidarla bien". Y advierte: "Muchos creen que detrás del tráfico de fauna sólo hay un traficante, pero hay muchos más: funcionarios públicos, transportistas y, sobre todo, compradores".
L a mayoría de las especies amenazadas por el tráfico y la caza furtiva habita en el Gran Chaco Americano, una región ecológica de más de un millón de kilómetros cuadrados repartidos entre Argentina (61 por ciento), Paraguay (25 por ciento), Bolivia (14 por ciento) y Brasil (0,1 por ciento). Es una de las zonas más biodiversas del planeta, y el área boscosa más grande del continente después del Amazonas.
En nuestro país, la región abarca las provincias de Chaco, Formosa, Santiago del Estero, Salta, Jujuy, parte de Corrientes, Tucumán, Santa Fe, Córdoba, Mendoza y La Rioja. De allí bajan, como lluvia, las rutas silenciosas del tráfico de animales. Según la Dirección de Fauna de la Nación, se estima que cerca del 80 por ciento de esos ejemplares, extraídos violentamente de su hábitat, muere antes de llegar a las "bocas de expendio". A los que se salvan no les va mejor.Perfil - Foto: Luis Rock
El parque Los Derechos del Trabajador de Villa Dominico, en el partido de Avellaneda, Buenos Aires, Argentina, es testigo del abandono constante de animales domésticos y del maltrato diario hacia ellos.
La llamada Feria de los Pajaros, con su sector de mascotas, que se desarrolla en los alrededores del mismo los dias domingos es otra parte importante de esta misma realidad.
La falta de acciones concretas y efectivas por parte de las autoridades contribuyen a que sin controles ni inspecciones, el parque y su feria sean el destino doloroso de muchas vidas.
- Venta de animales domésticos en puestos no habilitados por la Dirección correspondiente para tales efectos, ya que los mismos sólo tienen permiso por ordenanza municipal para su exposición, no para su compra-venta.
- Venta de animales domésticos sin habilitación municipal de los puestos y sin certificados de vacunación que acrediten la revisación y buen estado de salud de los animales en cuestión por profesionales veterinarios matriculados.
- Venta irrestricta de animales domésticos por los particulares que se instalan y ocupan el espacio público en cuestión.
- Falta de condiciones de higiene en forma particular, en cada puesto, y en general.
- Exposición de los animales a condiciones insalubres y maltrato: animales de distintas camadas son reunidos en un mismo recinto por horas, en jaulas minúsculas, en cajas de cartón pisando su propio excremento; perros en apariencia sanos comparten la misma jaula con aquellos que presentan evidentes signos de algún mal (secreciones oculares abundantes, delgadez extrema, raquitismo, etc.).
- Abandono de animales domésticos (tanto por feriantes como por particulares), en la zona comprendida por la mencionada feria y en sus alrededores, especialmente en el parque Los Derechos del Trabajador donde ya habitan 60 animales abandonados.
Por lo anterior se torna necesario y de manera urgente el desarrollo continuo y constante de controles, regulaciones e inspecciones recurrentes por parte de las autoridades correspondientes para vigilar el bienestar de todos los animales que son llevados al mencionado lugar para su venta indiscriminada e ilegal.
Este escenario se desarrolla todos los domingos en la avenida Mitre al 5000, en Villa Dominico. Cualquier persona puede comprobarlo con sus propios ojos y ver a los animales, sus sufrimientos y como son comercializados sin restricciones de ningún tipo.
Por esto mismo el parque ubicado a pocos metros de la feria se transforma en un DEPÓSITO de los animales que nadie quiere; de aquellos que se depositan como bolsas de basura debajo de los árboles. Aunque llueva, esten enfermos, no tengan un mes de vida....Son abandonados en cajas de cartón, atados de alambrados, dejados con miasis en sus cabezas y / o lomos, agonizando......
Por la falta de los controles suficientes, el comercio de animales en la Feria de Villa Dominico se transforma en el cruel destino de muchos perros y gatos al padecer largas horas encerrados dentro de jaulas minusculas bajo los rayos del sol hasta que alguien los compra, si es que lo hace.
El abandono es una constante de todos los dias; es moneda corriente y por ello mismo y gracias a la Feria de los Pajaros con su sector de mascotas en el parque de Villa Dominico hoy hay 60 animales que lo habitan.
Para intentar cambiar esta realidad por los animales que ya fueron abandonados en el lugar, por los que son comercializados de esta forma ilegal y no autorizada todos los domingos, y por todos aquellos que seguirán siendo las victimas de estos actos.....Necesitamos una comprometida respuesta de las autoridades correspondientes.
Romina. A. Cabral
APAC (Asociación para la Protección de Animales Callejeros)
Entidad de Bien Público, Expediente Nº 4004-19183-04, Registro Nº 1555, Avellaneda, Buenos Aires, Argentina.
ANTECEDENTES:
Fuente: http://www.proyectogeo.com/noticias/nt_pages/nt_39044.asp
15/12/2006 - En la Feria de Villa Domínico, en el partido de Avellaneda, cientos de animales en venta miran el mundo a través de las rejas. Como si fuera una cárcel en miniatura, donde los reos portan plumas, colmillos o escamas. Allí despliega su circo furtivo, cada domingo, Guillermo Fabián Tarello, un comerciante de 41 años que desafía a inspectores, ecosistemas milenarios y efectivos de la Policía Bonaerense II que se reúnen a pocos metros de su puesto.
Una denuncia presentada por la Fundación Vida Silvestre Argentina indica que Tarello estaría vendiendo ejemplares de especies silvestres, muchas de ellas en peligro de extinción, cuya comercialización está prohibida en la Argentina.
"El motivo de la presente es poner en su conocimiento la oferta ilegal de anfibios y reptiles por parte de varios puestos de la Feria de Pájaros de Villa Domínico", señala la denuncia presentada ante la Dirección de Fauna de la Nación y la Dirección de Contralor y Uso de los Recursos Naturales y Pesqueros del gobierno bonaerense.
Y detalla: "En particular, el del señor Tarello, quien ofertaba en los domingos pasados ranas trepadoras de origen brasileño (Phyllomedusa) y una considerable cantidad de saurios chaqueños (entre ellos, Teius teyou). A pocas cuadras de su puesto tiene su depósito, donde suele ofertar otros animales, como lagartos overos y colorados (Tupinambis) y boas ampalaguas y arcoiris, en su enorme mayoría de origen santiagueño", precisa.
En ese stand de la feria, se pudo comprobar que también se ofrecía, por 35 a 60 pesos, gran variedad de tarántulas, entre ellas las chaqueñas. "La comercialización de esas arañas, que pertenecen a la familia Migalomorphidae o Migalomorfas, está prohibida", explica Marcelo Silva Croome, jefe del Area de Fiscalización de la Dirección de Fauna de la Nación. "Algunas provincias sólo dan permisos de captura con fines científicos, nunca para comerciar". Pero la actividad ilícita no se limita a las ferias de zona sur.
Mono se vende
Aunque no hay cifras oficiales, se estima que en la Argentina el comercio ilegal de fauna silvestre mueve unos 50 millones de dólares anuales, según indica el libro La situación ambiental argentina 2005, publicado en mayo por la Fundación Vida Silvestre Argentina. Un gran negociado que en el país acorrala a varias especies amenazadas como la boa ampalagua, la tortuga terrestre chaqueña, el cardenal amarillo y la vicuña. En igual situación están el tatú carreta, el yaguareté y el venado de las pampas, entre otros. Interpol ubica esta variante del tráfico, el de animales, en el tercer puesto a nivel mundial, detrás del narcotráfico y la venta ilegal de armas.
"Los animales son buscados vivos o muertos para venderlos como mascotas exóticas, trofeo o como subproductos, como sucede con los carpinchos, por su carne y su cuero", resume la veterinaria Claudia Nigro, presidenta de la Red Argentina Contra el Tráfico de Especies Silvestres. La experta asegura que en el país, lo que más se trafica son aves, aunque hay un flujo ilegal constante de reptiles y mamíferos.
El 28 de noviembre, guardafaunas y personal de la Secretaría de Medio Ambiente de Rosario incautaron en el fondo de un supermercado de esa ciudad dos monos carayá, dos loros, un cardenal y tres jilgueros. En otro operativo hallaron unos 380 pájaros autóctonos que iban a ser vendidos en el mercado negro.
Ese mismo día, pero en La Pampa, la Justicia condenó a dos años de prisión condicional e inhabilitación de cuatro años para ejercer cargos públicos a Felipe Valdéz, un funcionario provincial que se había apropiado indebidamente de dos llamas nacidas en una granja experimental del Estado. "Me gustaría tener dos de esos animalitos", dicen que pronunció Valdéz. También fue condenada a un año de prisión excarcelable y dos años para ejercer funciones públicas a la veterinaria que le entregó los animales.
"Raptados de su ambiente natural, donde cumplen una función biológica, estos animales se estresan y se enferman", indica Nigro. "A los monos bebés les matan a las madres y a los machos adultos que los protegen. Las crías son las que tienen más interés comercial", aclara. En las ciudades, estos animales silvestres padecen enfermedades que a veces son difíciles de diagnosticar. "Los primates pueden transmitir tuberculosis y salmonelosis, y los loros, psitacosis", alerta la médica veterinaria. Aunque algunos miran para otro lado.
A mediados de noviembre, un aviso clasificado publicado en el sitio www.segundamano.com.ar, ofrecía un mono aullador rojo a 75 pesos: "Se alimenta de vegetales y carnes magras (...) toma yogur (de vainilla). Muy cariñoso. Responde al nombre de Marito", decía el anuncio.
Alerta animal
El universo de la demanda es infinito, impredecible. "Mientras haya compradores, va a haber tráfico", asegura Verónica Díaz, coordinadora del Grupo Fauna Silvestre Contra el Tráfico de Aves Argentinas. En Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Rosario conviven las viejas costumbres con modas fugaces: están los de siempre, que buscan tortugas terrestres y loros habladores como mascotas, y los excéntricos que quieren pumas, guacamayos, tarántulas y boas autóctonas, o incluso un cóndor andino.
"Por eso, las formas de ocultamiento suelen ser un problema grave", indica el comandante principal Mario Ismael Fernández, jefe de la División Protección Ambiental de Gendarmería Nacional. "No es fácil llevar un ave o un reptil escondido. Los meten en valijas de doble fondo, bolsas, medias, cajas de video... hasta los drogan. Hace unos años, en una intervención, rescatamos un mono que era llevado en una viandera", recuerda.
Otras veces, las especies son víctimas de la caza deportiva o de la caza furtiva con la finalidad de usar su carne, su cuero o su cornamenta. También se las mata con fines decorativos. "Hace dos años, con Vida Silvestre, detectamos a un taxidermista suizo que cazaba ilegalmente en un parque nacional", recuerda Hernán Ibáñez, inspector de la Dirección de Fauna. "Se estaba llevando unas 230 aves para embalsamar, entre ellas un Maca Tobiano, una especie que está en peligro. Ni en el museo de Ciencias Naturales tienen un ejemplar montado".
Prohibidos
La caza, tenencia y venta de aves autóctonas como jilgueros, siete colores y reinasmoras está prohibida. Lo mismo pasa con los monos carayá, los yacarés overos y las tortugas terrestres, entre otros animales muy demandados. Su captura y comercialización está penada por la ley nacional 22.421 sobre conservación de fauna silvestre. Las sanciones van de los seis meses a los dos años de prisión.
Por eso, en la Argentina está permitida la importación de algunos tipos de loros, tortugas norteamericanas, iguanas verdes y otros reptiles que son criados legalmente. "Para que una persona compre un cardenal amarillo en una pajarería o en un pet shop tal vez murieron nueve pájaros en el camino", aclara Silva Croome, de la Dirección de Fauna.
Claudio Bertonatti, uno de los directores de la Fundación Vida Silvestre, aconseja: "Antes de comprar una mascota, debemos averiguar si es legal y si podemos cuidarla bien". Y advierte: "Muchos creen que detrás del tráfico de fauna sólo hay un traficante, pero hay muchos más: funcionarios públicos, transportistas y, sobre todo, compradores".
L a mayoría de las especies amenazadas por el tráfico y la caza furtiva habita en el Gran Chaco Americano, una región ecológica de más de un millón de kilómetros cuadrados repartidos entre Argentina (61 por ciento), Paraguay (25 por ciento), Bolivia (14 por ciento) y Brasil (0,1 por ciento). Es una de las zonas más biodiversas del planeta, y el área boscosa más grande del continente después del Amazonas.
En nuestro país, la región abarca las provincias de Chaco, Formosa, Santiago del Estero, Salta, Jujuy, parte de Corrientes, Tucumán, Santa Fe, Córdoba, Mendoza y La Rioja. De allí bajan, como lluvia, las rutas silenciosas del tráfico de animales. Según la Dirección de Fauna de la Nación, se estima que cerca del 80 por ciento de esos ejemplares, extraídos violentamente de su hábitat, muere antes de llegar a las "bocas de expendio". A los que se salvan no les va mejor.Perfil - Foto: Luis Rock
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